¿Es necesario un pacto educativo?
Rotundamente sí, necesitamos un
pacto educativo urgente.
Vivimos un momento en el que los
estudiantes reclaman mayor equiparación de temarios y exigencia entre CCAA a la
hora de realizar pruebas como, por ejemplo, la EBAU. Y una inestabilidad
política que termina afectando a la educación por medio de continuos cambios en
la Ley Educativa. Dicho pacto se está reclamando hoy más que nunca.
Por supuesto, debe ser un pacto
neutral, desvinculado de temas políticos e ideológicos en su totalidad. Un
equipo formado por expertos en educación serían los encargados de elaborar las
bases sobre las que se asentaría el sistema educativo.
Deberían determinarse unas normas
comunes para todos los centros educativos públicos del país, con el fin de
evitar grandes diferencias en los conocimientos que se imparten o se exigen en
los diferentes centros. Además, se podría dar cierto grado de libertad a las
CCAA para puntuales aspectos. Cada zona del país tiene sus propias
características y sería bueno que cada una pudiera aprovechar el medio que les
rodea como herramienta educativa. Así se podrían seguir conociendo los símbolos
y tradiciones que caracterizan a cada comunidad, con el fin de no quedar en el
olvido y contribuir con la diversa pluralidad que caracteriza a este país.
Por último, habría que evitar la
rigidez, es decir, el pacto debe permitir la modificación de sus bases conforme
al avance de los tiempos, y así, evitar posibles desfases. Como bien dice la
Ley de Revans: “Para sobrevivir, una organización tiene que aprender al menos
con la misma rapidez con que cambia el entorno”. Siendo, sin lugar a duda, una
actualización totalmente neutral, separada de intereses individuales y bajo la
supervisión de expertos.
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